Leer el contexto: la clave para desifrar mensajes ocultos

En la mesa alguien tira un comentario. Todos ríen. Menos tú. Te faltaba contexto. Y así mismo ocurre en la vida.

La improvisación es una habilidad valiosa que nos permite adaptarnos, reaccionar y tomar decisiones en tiempo real, sin una planificación previa. Nos gusta entenderla como el arte de prepararse para no estar preparado, si bien es un enfoque que surge de técnicas, principios y herramientas. Por el lado de los principios, la asumimos desde la articulación del Percibir, Aceptar y Proponer. Cuando algo inesperado llega, transitar esos tres momentos te ayudan a despejar la mente, conectarte con la situación y tomar decisiones que te llevan a los objetivos. Y, precisamente, como parte del primero de ellos, el Percibir, un componente esencial es la capacidad para leer el contexto. Por eso acá te hablamos de la importancia de la lectura del contexto.

En el ámbito artístico, como en el teatro o la música, la improvisación es una técnica esencial. Sin embargo, la improvisación también juega un papel crucial en nuestra vida cotidiana. En situaciones personales, laborales y sociales, la capacidad de improvisar puede marcar la diferencia entre un éxito rotundo, un éxito moderado o, directamente, un fracaso. Es verdad que la palabra “fracaso” no nos gusta mucho; es más: en clave de Improvisación para la Vida, preferimos entender que el error se puede gestionar.

Así que todo lo que puedas leer en nuestro blog, encontrar en nuestros super-reels o profundizar en LinkedIn, surge del conocimiento de la escena, de la práctica constante de la improvisación para fines artísticos, pero aplicados en el horizonte de la vida. Cuando eso ocurre, entras en el improverso.

Una de las claves fundamentales para la improvisación es la lectura del contexto. Ningua situación, esperada o inesperada, ocurre en el aire. Siempre las cosas ocurren en situación. Y en situación implica que se deben reconocer los lugares donde sucede, las personas involucradas y los intereses que se movilizan. De ahí que también sostenemos que improvisar es hacer que la historia avance. 

Como parte del Percibir, el contexto se refiere al conjunto de circunstancias y condiciones que rodean una situación o evento particular. Leer el contexto implica comprender y analizar todos los elementos que influyen en la situación en la que nos encontramos. Esto incluye el entorno físico, las emociones y perspectivas de las personas involucradas, y las dinámicas sociales y estratégicas que están en juego.

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Seguimos.

¿En dónde estoy?: contexto físico

El contexto físico en el que nos encontramos juega un papel fundamental en nuestra percepción y experiencia en todo momento. Cada lugar tiene su propio ambiente, características y elementos que lo distinguen, y, al estar conscientes de ello, podemos aprovechar al máximo nuestra interacción con el entorno. 

Una típica situación que nos llama a improvisar es cuando sobreviene algo inesperado que te obliga a un cambio de planes. Pero fíjate que no es lo mismo recibir la noticia en la oficina que en casa, mientras realizas tu compra o luego de un día difícil de trabajo.

Así, en la medida en que el contexto físico define estructuras de interacción entre tú y la situación, es crucial prestar atención a los detalles del espacio físico que nos rodea. Observar la disposición de los objetos, los colores, la iluminación y los elementos decorativos nos puede ofrecer pistas sobre el ambiente, la cultura o el estilo del lugar. Por ejemplo, si estamos en una reunión de negocios en una oficina formal con tonos neutros y muebles sobrios, podemos inferir que se espera un ambiente profesional y serio.

Además, el contexto físico nos ayuda a sentirnos más seguros y cómodos, ya que nos brinda información sobre posibles limitaciones y zonas de fortaleza/seguridad/confort. Tanto mayor comodidad, mejor. Pero la comodidad no siempre se da por condiciones intrínsecas del lugar: a veces una banca de madera en un parque, a la que le falta una tabla, puede ser más cómoda que la oficina de gerencia. La comodidad también pasa por tu conocimiento previo del lugar o de las personas que lo habitan. 

Al estar atentos al lugar en el que nos encontramos, podemos aprovechar las oportunidades que se presentan, adaptarnos a los cambios y tomar decisiones informadas basadas en las características del entorno. Entender el contexto físico nos invita a ser conscientes de nuestro entorno y a valorar la interacción entre nosotros y el espacio que nos rodea.

Cuando nos sumergimos en el contexto físico, podemos desarrollar una mayor conexión con el espacio que habitamos. La observación constante te lleva al estado de presencia. Por ejemplo, si estamos en un evento cultural en un museo, observar las obras de arte y entender su disposición nos permitirá apreciar mejor la exhibición y conectar con la experiencia artística.

¿Pero qué te pasa?: contexto emocional

El contexto emocional es un aspecto crucial para comprender plenamente una situación. Al prestar atención a los gestos, expresiones faciales y lenguaje corporal de las personas que nos rodean, podemos obtener valiosas pistas sobre sus estados emocionales y perspectivas. Estos detalles sutiles nos permiten captar las emociones subyacentes y comprender mejor el clima emocional del entorno en el que nos encontramos.

Incluso, podría ocurrir que muchas veces la situación inesperada te llega por la voz de un superior. Luego de casi gritar que todo es un caos y que ahora cambiaron de nuevo la fecha del lanzamiento, te pide el consabido informe para mostrarle al cliente los avances. Tienes entonces dos noticias difíciles: nuevo aplazamiento del evento y elaboración, de última hora, de un informe.

Cuando sientas que ya tienes en mente el contexto físico, es el momento de pasar al contexto emocional. Presta toda la atención que puedas a los gestos, expresiones faciales y lenguaje corporal de las personas. Estos detalles pueden ofrecerte pistas importantes sobre cómo se sienten y qué piensan. Y esto te permitirá entender mejor el contexto emocional que define la situación.

Evidentemente, lo primero que encuentras en el rostro de esa persona que te acaba de hablar con volumen alto y te acaba de solicitar un informe, es rabia o ira. La lectura del contexto emocional implica, sí reconocer esa información, pero también implica ir un tanto más allá ¿Qué te dice la historia reciente? ¿Cómo ha sido la relación entre tu jefe y ese cliente externo? ¿Qué presiones tienen ambos? (cliente y jefe).

A menudo la emoción expresada no corresponde con la emoción real. Claro, no eres adivina, no tendrías por qué saber algo que la otra persona no quiere decir; pero, precisamente, eso que no se dice es lo que está determinando buena parte de la actitud con la que te comunicó su decisión y con la que te solicita el informe.

Reconocer el contexto emocional nos ayuda a establecer conexiones más profundas y significativas con las personas, y nos facilita la capacidad de responder de manera apropiada a las diferentes emociones presentes en un entorno dado. Si percibimos que alguien está frustrado o triste, podemos brindar apoyo y empatía. Si notamos que hay entusiasmo o alegría en el ambiente, podemos unirnos a la celebración y compartir la energía positiva.

¿Qué es lo que quieres?: contexto estratégico 

Cualquier libro sobre planeación, estrategia y prospectiva te dirá que “El contexto estratégico es fundamental para comprender las dinámicas sociales y los posibles escenarios que se presentan en un entorno determinado”. Pero, estrategias corporativas aparte, tu situación real, con el jefe iracundo y el informe de última hora tiene un sabor menos abstracto, más corporal, más real, más inmediato. 

La primera y más instintiva reacción es tratar de engancharse en la emoción del otro. Es a lo que le denominamos empatía, una de las habilidades para la vida. Sin embargo, parte del control emocional (por cierto, otra de esas fantásticas habilidades) consiste en reconocer las propias emociones y las de los demás, y administrarlas con un horizonte mucho más amplio de lo que en principio tienes. 

En otras palabras, no es necesario que te enganches a la emoción del otro. Es ideal que si lo haces es porque sientes que es sano hacerlo. La empatía no pasa por sumarte a una emoción dañina; más bien procura que, a partir de tu reconocimiento, puedas tomar decisiones. 

Pero la emoción, corporal, física, presente, también se conecta con un término temporal más amplio: ahí es donde existe la estrategia. Reconocer que cliente, jefe y tú tienen planes de acción por los que están conduciendo sus vidas. A lo mejor estás en ese trabajo porque es el que se acomoda para estudiar y luego montar tu propio proyecto; a lo mejor estás provisionalmente en esa oficina mientras esperan que te den el ascenso. Es decir: hoy, ya, estás en esta oficina, en la misma en la que acaba de llegar un jefe alterado emocionalmente, quejándose del mundo y pidiendo informes. Pero estás ahí porque estás cumpliendo algunos objetivos superiores. Hay cuando menos una decisión que tomaste en la vida por la cual ahora estás ahí. Y, probablemente, tu estar allí sea algo temporal.

Y en lo mismo andan el cliente (que quiere lograr un lanzamiento de producto inolvidable para el mundo entero) y tu jefe (que le quiere dar el mejor acompañamiento y asesoría en el cumplimiento de sus metas). 

Contrario a lo que parece, el contexto estratégico no es algo abstracto: si bien no es tan evidente como el emocional, no por eso deja de estar ahí, conduciendo los hilos de la situación. 

Al prestar atención a las tensiones o conflictos latentes, podemos anticipar posibles desafíos y buscar soluciones creativas para abordarlos. Entender las dinámicas de poder y los conflictos nos permite navegar mejor en un entorno complejo y tomar decisiones informadas.

En la Improvisación para la Vida no damos nada por sentado. Por el contrario, tomamos nota de cada detalle, pues cada cosa, por pequeña que parezca, puede ser una enorme oportunidad para lograr nuestros objetivos. Leer los contextos físico, emocional y estratégico nos proporciona una ventaja significativa en nuestra capacidad para adaptarnos, conectar y tomar decisiones informadas.

Esto que encontraste acá integra el improverso, ese horizonte de perspectivas donde podemos siempre caminar hacia nuestros objetivos, disfrutando el proceso y estando listos para lo inesperado. Acá en el blog las encuentras a manera de texto, pero también están como imágenes en Instagram, como videos más amplios en LinkedIn y como cursos GymproVirtual, nuestra academia para que mejores tus habilidades para la vida.