El mantra para lograr tus metas
¡Hecho es mejor que perfecto!
¿Tienes tareas pendientes que llevan años en la todolist? Te proponemos eliminar las que tienen más de un año en la lista de espera y enfocarte en las que aún tienen una oportunidad. ¿Cómo lograrlo? Con una pizca de improvisación. En esta entrada te damos tres ideas para sacar adelante al menos una de esas tareas. ¡Recuerda que “hecho es mejor que perfecto” y que la improvisación puede ser la clave para ir a la acción 😉
Te gustan las cosas perfectas. Ya te imaginamos en la entrevista de selección: “-Dinos un defecto”, y tú, carraspeando, y con expresión corporal de quien dice algo crucial: “Ay, mi mayor es que soy perfeccionista”. Pero, ahora que nadie te ve, estás en condiciones de admitir: la perfección, sí, es un ideal que ayuda a llevar las cosas al mejor nivel posible; pero es también un árbol que brinda buena sombra, y que se convierte en el lugar confiable para no dar el primer paso hacia la acción. Por eso te vamos a compartir algunas herramientas desde la Improvisación Para la Vida que te llevarán a practicar este bello postulado: Hecho es mejor que perfecto.
El arte de procrastinar
No, no te vamos a acusar de nada. Procrastinar, en tiempos de alta incertidumbre, es apenas normal. Luego de planear un día normal de oficina, tienes tantas cosas para hacer que, necesariamente, algunas quedarán para después. Es que procrastinar es un arte, y se requieren ciertas habilidades para convertirlo en un arte que juegue a tu favor, es decir, que procrastinar sea una plataforma para ayudarte a conseguir tus objetivos.
Y, créenos, sabemos mucho de procrastinación. Incluso escribimos un libro al respecto.
Pero, más allá de lo entendible que es procrastinar algo importante, la perfección, el ideal de perfección se convierte en una excusa elástica que se puede alargar eternamente para mantenerte en el lugar del análisis y evitarte tener que pasar a la zona de la acción.
La Improvisación Para la Vida viene a decirte algo: no hay error. Así que, probablemente llevas unos días dilatando la tarea tanto como se puede. Y una de las razones para dejar para después el comienzo es que temes equivocarte, por tu supuesto defecto denominado “perfeccionismo”.
Sin embargo, ocurre que cuando vas de camino a lo que te importa, las labores que deben realizarse para llegar hasta tu meta son pasos que te llevarán hasta un aprendizaje. Lo cual significa que si acoges la idea de que no hay error, incluso aquellos pasos que se completan de manera deficiente, o aquellos inconvenientes inesperados traerán grandes aprendizajes. Es más: muchas de las cosas que aprendes en el camino las podrás poner en tu hoja de vida y las podrás narrar en alguna entrevista de trabajo.
Así que respira: no hay error.
Escucha aquí nuestro podcast: ninguna de las personas a las que llamábamos sabían que les íbamos a proponer improvisar. Pero lo hicieron. Todas ellas recibieron la llamada con la convicción de que no había error. Y mira qué bien lo pasan.
Hacer que las cosas ocurran
La Improvisación Para la Vida trae otra idea crucial: improvisar es hacer que la historia avance. Y, para que avance, haz de terminar de cumplimentar algunos pasos. Pendientes, entregables, tareas, compromisos… lo que sean: hay que terminarlos para darles el check.
Una de las formas de lograr evadir esos pendientes es sobreanalizarlos:
-No puedo empezar sin la licencia de software, pero puedo decidir cuál es el mejor software si antes no estudio todos los reviews disponibles en internet
-Este año no es bueno sacar ese producto porque el mercado está lleno de ofertas similares
-Voy a esperar que mi prima llegue de viaje para pedirle que me ayude en la ideación del proyecto, porque si hago la ideación a solas tendré ideas menos potentes
Ya sabes: todas excusas. Al igual que la supuesta “perfección”, una de las tácticas para no comenzar con algo importante es sobreanalizarlo, y supeditarlo a que primero se cumplan otras condiciones previas. Condiciones que, lo sabes, lo sabemos, no son realmente indispensables para dar comienzo a la acción.
A ver: si realmente necesitas un software, puedes emplear la prueba gratuita, y ahí vas testeando si te sirve o no. Y para decidir cuál comprar no hay que leerse toooodas las reviews. Basta llamar a dos amigas expertas en el área y que te den sus recomendaciones.
Si este año no es bueno sacar un producto porque ya el mercado está lleno de ofertas similares, el otro año tampoco lo será: porque habrá más ofertas similares. Así que si tu condición para salir al aire es que el producto nazca ya diferenciado, mientras más esperes más te va a costar encontrar esa diferencia. Sal ya, aunque sea con un producto similar a la mayoría: si sabes escuchar a tu mercado (también lo llamamos Percibir), pronto encontrarás los muchos factores que lo podrán diferenciar.
En Improvisación Para la Vida a este principio lo conocemos como Proponer, y consiste básicamente en soltar las ideas para ponerlas a circular. Circulando (aunque sean imperfectas) siempre será mejor que detenidas en tu mente.
Para aprender a aplicar esto, acá lo tenemos a manera de curso: Comunicación para la Acción.
Saltar al vacío
A veces es necesario saltar al vacío. Y confiar. Porque, muy en el fondo, sabes que muchos de los pendientes de tu lista siguen ahí sin que tomes la decisión de realizarlos, básicamente, porque sabes que alguna vez será urgente realizarlos. En otras palabras: no quieres empezar la acción porque sabes que algún día habrá una llamada, un correo o un WhatsApp de ultimátum. Y para esa vez no pondrás tú la fecha sino que la determina alguien externo.
Y, bueno, en medio de todo, un correo de ultimátum, una conversación un tanto amenazante o un recordatorio de una oficina de abogados, es algo que te lanzará del sofá a la realización de la tarea. Es decir: algo en lo que la energía (demandante, urgente, encarecida) viene desde afuera, si tenemos en cuenta que desde adentro te cuesta tanto lograrla.
La Improvisación Para la Vida propone algo alternativo: salta tú, que nadie te tenga que empujar. La empujada tal vez sea violenta. Y, de seguro, cuando estés en la reacción extrañarás no haber desarrollado la labor con más tiempo, con más calma, y sin tener que aplazar otras cosas también importantes.
Aquí puedes leer más sobre el concepto de saltar al vacío. Pero si quieres formarte en ello, acá puedes tomar el curso. Es tan simple como inscribirse y comenzar.
En resumen, “hecho es mejor que perfecto” viene a decirte que es mejor terminar una versión mínima, básica, modo prototipo, de tu idea, que dejarla eternamente en la lista de pendientes. Para ello la Improvisación Para la Vida te propone estas tres herramientas:
-Haz un salto al vacío
-Haz que las cosas ocurran
-Haz de la procrastinación un arte que juegue a tu favor
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